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Fractura de los metacarpianos

Dolor de mano

Descripción general

La fractura de los metacarpianos representan el 40% de todas las fracturas de mano y se pueden observar en el contexto de traumatismos de baja o alta energía.

Entre las fracturas de metacarpianos, el cuello del metacarpiano es el sitio más común de lesión. Las fracturas del cuello del metacarpiano suelen ser el resultado de un paciente que golpea una superficie sólida con el puño. La localización más frecuente que se encuentra es una fractura del cuello del quinto metacarpiano, también conocida como “fractura del boxeador”.

Las fracturas del cuello del metacarpiano presentan un dilema particular para los cirujanos ortopédicos ya que no existe un consenso para su manejo. El tratamiento no quirúrgico generalmente brinda un resultado aceptable, pero puede estar asociado con un resultado cosmético deficiente, debilidad, prominencia palmar y dificultad para la extensión. Por el contrario, con la intervención quirúrgica se han reportado altas tasas de complicaciones, hasta un 36%.

Causas

La presentación clásica de una fractura del cuello del metacarpiano es un paciente que golpea una superficie sólida con el puño. Sin embargo, estas lesiones también pueden ocurrir en pacientes politraumatizados con lesiones múltiples como por ejemplo accidentes de tráfico. Las fracturas del cuello del metacarpiano pueden ser sutiles, al igual que la mayoría de las fracturas de la mano, en el contexto de un paciente con lesiones múltiples, lo que puede provocar retrasos en el diagnóstico y el tratamiento.

Signos y síntomas

Los síntomas que sugieren la presencia de una fractura de los metacarpianos son:

  • Dolor intenso que puede empeorar al cerrar o mover la mano
  • Hinchazón
  • Sensibilidad a la palpación
  • Hematomas y equimosis
  • Deformidad aparente, como un dedo torcido o una depresión a nivel de los nudillos
  • Rigidez o incapacidad para mover los dedos
  • Entumecimiento en la mano o los dedos
Cuando debes consultar a un médico

Busca atención médica inmediata Si crees que podrías tener la mano fracturada, especialmente si tienes entumecimiento, inflamación y dificultad para mover los dedos. Un retraso en el diagnóstico y el tratamiento puede impedir que la fractura sane correctamente, disminuir el rango de movimiento y reducir la fuerza de sujeción.

Diagnostico

Se debe realizar una historia clínica y un examen físico completos para evaluar las fracturas del cuello del metacarpiano. Los aspectos clave de la historia clínica incluyen la edad, la mano dominante y la ocupación, ya que pueden afectar significativamente el tratamiento.

se realiza un examen neurovascular antes de cualquier procedimiento o intento de reducción. El relleno capilar distal debe ser inferior a dos segundos y la discriminación de dos puntos debe ser inferior a 6 mm
Posteriormente se complementa la historia clínica y la exploración con radiografías de la mano sin necesidad de otras pruebas especiales a menos que haya preocupación por la extensión intraarticular de la fractura a la cabeza del metacarpiano.

Es preferible obtener radiografías anteroposteriores, lateral y oblicua del dedo afectado.
Los dígitos dañados deben verse individualmente para minimizar la superposición de otros dígitos. Además, se debe intentar por todos los medios una proyección lateral estricta, ya que se ha demostrado que la oblicuidad de la mano en el momento de la radiografía puede afectar la medición de la angulación.

Tratamiento no quirúrgico.

Una fractura del quinto metacarpiano cerrada, no angulada y no rotada o desplazada, puede tratarse con inmovilización inicial con una férula de yeso. Alternativamente, se puede utilizar una sindactilia que consiste en unir el dedo meñique y el anular, con cinta adhesiva o esparadrapo. Ambas técnicas tienen resultados funcionales relativamente comparables. Algunos artículos informan mayor grado de satisfacción de los pacientes, menos tiempo de seguimiento y un regreso más temprano al trabajo cuando se trataron con sindactilia en comparación con las férulas.

Las enseñanzas convencionales sugieren que la posición de la mano para la ferulización de fracturas debe ser con la muñeca extendida a 20 grados, 60-70 grados de flexión en las articulaciones metacarpofalángicas (MCF) y las articulaciones interfalángicas en extensión. El riesgo de deformidad rotacional se reduce significativamente con el uso de cintas adhesivas.

En las fracturas del cuello del quinto metacarpiano se puede aceptar una angulación de hasta 70 grados. Sin embargo, existen estudios biomecánicos que sugieren un límite superior para una angulación aceptable de 30 grados.

La reducción cerrada de las fracturas anguladas se puede intentar en la sala de urgencias utilizando la maniobra de Jahss en la cual se aplica presión en la fractura para empujar la cabeza dorsalmente y aplanar la diáfisis.

Tratamiento quirúrgico.

Actualmente se utilizan diferentes técnicas quirúrgicas para el manejo quirúrgico de la fractura del boxeador. La decisión final sobre cuál debe utilizarse depende de la preferencia del cirujano al tener en cuenta tanto los pros como los contras de cada técnica y las características de cada caso individual.

  • Fracturas abiertas
  • Fractura compuesta o fracturas múltiples que involucran múltiples metacarpianos y/o falanges
  • Fracturas intraarticulares que impiden el movimiento suave de la articulación
  • Fracturas que se extienden hasta la cabeza del metacarpiano con desplazamiento mayor a 1 mm
  • Angulación volar y desplazamiento del fragmento distal. Las angulaciones aceptables del fragmento distal son 10, 20, 30 y 40 para los metacarpianos segundo, tercero, cuarto y quinto, respectivamente.
  • Acortamiento de mayor a 5 mm
  • consolidación defectuosa o ausencia de unión
  • incapacidad para reducir una fractura con métodos conservadores
  • Deformidad rotacional

Las técnicas de fijación más utilizadas son la fijación con agujas de Kirschner, las placas dorsales o la fijación intramedular. Actualmente no hay consenso sobre una técnica de fijación óptima ya que se ha encontrado que el manejo quirúrgico tiene una tasa de complicaciones de hasta el 36% y ninguna técnica ha demostrado gran superioridad respecto a las otras, por tanto, el tipo de fijación debe ser discutido con su cirujano y debe tener en cuenta las variaciones morfológicas de cada fractura.

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Dr.

Traumatólogo Lleida
HECTOR ACOSTA
Traumatologo.
Soy cirujano ortopédico, miembro del servicio de ortopedia del Hospital…